Bajo el puente, el hombre Diógenes, se petrifica como la mujer de Lot. El río sigue su curso indiferente a la luz de los pensantes. El día como el acero, deja suspendida la visión como esa monótona letanía de que todo pasa. La luz es tan limpia que guardamos en la memoria ese rostro que sólo tiene vida cuando se detiene. “Aquí estamos” nos decimos, para unir la voz con el silencio.
DEDICATÒRIA AMB AROMA / DEDICATORIA CON AROMA
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Quina bona notícia quan ens vam assabentar que Pere Herrero publicava la
traducció al català d'una selecció de microrelats dels seus dos llibres ...
Hace 17 horas.